¡Hola, hola!
Como se puede suponer por el título, he pasado unos días de agosto con mi
familia por el tan cantado Levante. Realmente no he estado en Valencia centro,
sino en un pueblo de cerca de Gandía.
He ido yo sola un par de días a la capital, y he aprovechado para
comer en sitios especiales. Al buscar restaurantes vegetarianos en la ciudad,
me sorprendió ver bastantes y me llevé una alegría inmensa. Luego planifiqué el
turismo y elegí un poquito a ciegas, por zonas, pero no me sirvió de mucho,
porque algunos de ellos estaban de vacaciones, otros cerraban al mediodía en
mes de agosto… en fin, un poco caótico todo.
Así, el primer día me planté en Gaia Vegana, una tienda de la
que, por el nombre, no tengo que dar demasiadas explicaciones J Productos ecológicos,
algunas delicias veganas difíciles de encontrar, libros, cosmética, y un trato
maravilloso. Una de las cosas que más me llamó la atención fue la gente que,
durante las tres o cuatro vueltas que me di por la tienda (y eso sin ser muy
grande), adquirió gran cantidad de verdura y fruta fresca y ecológica (amén de
otros productos); compras de la semana que eligen realizar de una forma, desde
mi punto de vista, mucho más saludable. Será cosa de que en Santander no se ven
los carros de compra llenos al salir de los herbolarios (lo más parecido a Gaia
Vegana que podemos encontrar por aquí…).
Allí aproveché para cogerme un librillo interesante “Nueva guía decomposición de los alimentos”, de Manuel Núñez y Claudina Navarro (no sin
algunos peros, como estoy pudiendo comprobar), y para tener una amigable charla
con el dependiente, quien además, plano de Valencia en mano, me indicó y
comentó sobre los sitios para comer que me interesaban.
La Lluna. Como bien me habían dicho horas antes, este es un
lugar recogidito, muy casero y con buena comida. Tras ver la carta (todo con
una pinta estupenda), me decanté por coger el menú del día, que consistió en:
Un gazpachito con sandía. Muy
refrescante y ligero. Además, nunca había probado esta combinación, que más
tarde repetiría yo en casa…
Arroz con setas. De vicio (yo sin ser mega-fan de las setas).
Berenjena asada. Fue lo que
menos me gustó, pues tenía un sabor que no acababa de entender bien del todo.
Tarta de plátano. Mortalmente deliciosa.
Me enamoró la textura, perfecta, y el sabor alegre y suave. No sé cómo no entré
a la cocina a saquear más…
El trato fue genial, súper cercano, el precio del menú del día... 8 euros (bebida por separado, pero con el pan -de distintos tipos- incluido). Sacad vuestras propias conclusiones :)
Como no podía irme de aquellas tierras sin disfrutar de un buen arroz
casero (aun habiendo tomado ya uno en La Lluna, vale, lo reconozco…),
encargamos un delicioso arroz con verduras que me supo a gloria. Llevaba
tomate, judía y pimientos rojo y verde. Miau.
Y además de arroz, también preparé cosas megarrápidas y sencillotas, pero muy ricas, tal que ésta:
[Mezcolanza de verduras de Mercadona -cebolla, zanahoria, calabacín y... probablemente algo más- con tofu en hojas de lechuga]
Valencia preciosa, mucho calor (como era de esperar), muuuuucha horchata (y eso que en el norte no me da por tomarla) y desayunos... bueno... mediterráneos (?)...
[Tostadas con hummus, gazpacho con sandía -poniendo en práctica lo aprendido-, manzana y Colacao]